¿Por qué una pareja deja de tener sexo?

Hace tiempo vimos que muchos jóvenes japoneses han decidido no tener sexo, el llamado ‘síndrome del celibato’. Sin embargo, cuando una pareja ha tenido una vida sexual satisfactoria y regular, dejar el coito de lado no siempre es una elección personal. Según la socióloga Denise Donnelly, especialista en relaciones matrimoniales, hay dos razones principales que pueden hacer desaparecer el sexo en una pareja: la llegada de un nuevo hijo y una infidelidad.
Con hijos pequeños, el sexo pasa a un segundo plano
Al dar a luz, y durante los primeros meses de viva del bebé, muchas mujeres no piensan precisamente en sexo. A parte de las molestias físicas del parto, que pueden tardar meses en sanar, el cuerpo de la mujer está preparado para dedicarse completamente a su hijo recién nacido. Los niveles de hormonas se reajustan para que el deseo sexual y la reproducción no sea una prioridad, y la madre se concentre en criar al nuevo miembro de la familia.
Se estima que una pareja no recupera su vida sexual normal hasta pasados dos años del nacimiento de un bebé. Aunque el cuerpo de la mujer ya esté preparado para tener sexo, dedica mucho tiempo al cuidado del niño y el sexo no parece especialmente apetecible. ¡Paciencia! Pronto se recuperará la libido y volveréis a hacer crujir el somier. Aquí explicamos, paso a paso, como recuperar la vida sexual tras ser madre.
Una infidelidad acaba con la confianza y las ganas de sexo
El sexo no es solamente sexo, también comprende muchos sentimientos y fortalece la relación de pareja, creando un momento íntimo y especial. La especialista Denise Donnelly explica que si uno de los miembros de la pareja ha tenido un desliz, este engaño puede matar por completo la pasión. El simple hecho de pensar que nuestra pareja ha compartido ese momento tan íntimo con otra persona convierte el sexo en algo casi repulsivo.
Es habitual que, hasta que no se ha sanado la relación y se ha recuperado la confianza, el miembro de la pareja que se siente “traicionado” evite tener relaciones sexuales con su compañero. No se trata de un método de “castigo”, más bien es la falta de intimidad y la desconfianza lo que no invita a compartir nuestro cuerpo y nuestros sentimientos con quien nos ha engañado.