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La química de la atracción, locos de amor
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La química de la atracción, locos de amor

¿Por qué nos volvemos tontos al enamorarnos? Desvelamos los procesos químicos del enamoramiento, todos locos de amor por culpa de nuestro cerebro.

¿Por qué nos volvemos tontos al enamorarnos? Desvelamos los procesos químicos del enamoramiento, todos locos de amor por culpa de nuestro cerebro.

Seguro que lo habéis oído: ‘el amor es una enfermedad’, ‘el amor es ciego’, ‘estamos locos de amor’. Pues bien todas estas expresiones tienen una base real. Cuando nos enamorarnos sufrimos trastornos químicos y hormonales que hacen que nuestra percepción de la realidad cambie completamente y nos volvamos irracionales.

El juego químico del amor tiene diferentes fases que explican por qué nos enamoramos de una persona y no de otra. Por lo visto, todos tenemos un mapa mental previo en nuestras cabezas que determina qué hará que nos enamoremos de una persona. Según el sexólogo John Money, estos esquemas se desarrollan entre los 5 y 8 años de edad.

Las fases químicas del enamoramiento

Una vez tenemos seleccionado nuestro objeto de deseo, las sustancias químicas se ponen en marcha y quedamos directamente subyugados a ellas. Vayamos por fases.

Feniletilamina, la anfetamina

Cuando ya tenemos a nuestra persona escogida, la feniletilamina nos inunda el cerebro. Se trata de una anfetamina que nos pone en alerta y nos hace sentir excitados y sin poder dormir… Estamos a los 100%, despiertos y perdemos el apetito porque estamos totalmente enfocados en seducir y procrear.

Dopamina, la droga de la felicidad

La dopamina es el mayor estimulante del amor, nos eufóricos y, como cualquier droga, también nos vuelve dependientes. Por esa razón necesitamos cada vez más y no queremos separarnos de esa persona. Surge así el pensamiento obsesivo, el ‘no puedo dejar de pensar en ti’ es real y auténtico. Además, la euforia hace que nuestra capacidad de análisis desaparezca y nos volvamos imprudentes e irracionales.

Testosterona, puro deseo sexual

La testosterona está por las nubes. Podríamos estar haciendo el amor con esa persona todo el día y aun así querer más y más placer. Sentimos el deseo de poseerla a todas horas y en todo momento. La pasión es incontrolable.

Adrenalina, la reina de la emoción

La adrenalina es la responsable de poner el organismo en alerta y nos coloca en un estado de estrés y emoción constante.  Esta sustancia, combinada con la serotonina que nos produce bienestar, genera esa sensación de angustia placentera.

Este proceso de enajenación y pasión no suele durar más de 18 meses, y acaba por nuestro propio bien ya que no seriamos capaces de estar en estado de alerta constantemente. En unas personas dura más y otras menos, pero el cuerpo acaba por defenderse del ataque químico y poco a poco volvemos a nuestro estado normal, pasando del enamoramiento al amor, la fase de la confianza y la estabilidad.

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