GPS sexual, ¿cuál es tu punto débil?

La tendencia a creer que los puntos erógenos de una mujer se reducen a los pechos, las nalgas y la vagina esconde un poco de desconocimiento y comodidad. Muchas veces, ni siquiera las propias mujeres conocemos todos nuestros puntos sensibles y también nos reducimos a lo clásico, tanto cuando se trata de nosotras mismas como cuando tenemos que dar placer a nuestra pareja.
De abajo-arriba ¿Cuáles son las zonas erógenas?
Pies: Tanto para relajarse como a modo de juego previo, los pies son una de las zonas más sensibles de cuerpo. Frotarlos suavemente con un poco de aceite, centrándose en los dedos para acabar en el talón, es un juego muy erótico.
Tobillos: Besados con suavidad, frotados con un poco de fuerza y acariciados suavemente en círculos, los tobillos son el gran desconocido por descubrir.
Detrás de las rodillas: Por esta zona discurren muchos vasos sanguíneos y por eso es muy sensible. Se agradecen mucho las caricias suaves, te pondrán el vello de punta.
Muslos: Los muslos son una de las partes más sensuales de nuestro cuerpo que, al encontrarse tan cerca de nuestra vagina, añade todavía más excitación.
Abdomen y cintura: El abdomen y la cintura, junto a la zona del ombligo, son centros muy sensibles de estimulación. Para muchas mujeres la prueba de fuego antes de acostarse con un chico no es sólo cómo la besa, si no cómo la agarra de la cintura.
Manos: Algunas terapias como la reflexología sostienen que en los pies y en las manos se esconden todas las sensaciones del cuerpo. Subir por los dedos suavemente y llegar hasta las muñecas es muy excitante.
Espalda: ¿A quién no le gusta que le acaricien y le masajeen la espalda? Aquí el secreto está en que los besos, lamidas y caricias sean lentas y suaves, apenas rozando la piel.
Cuello: Un clásico. Si bien es muy sensible, no a todo el mundo le gusta que le muerdan el cuello fuerte y tal vez los besos delicados son mejores. Es cuestión de gustos.
Cabeza: En el cuero cabelludo tenemos muchas terminaciones nerviosas, y es una zona agradecida a la hora de relajarnos. Tocar la cabeza a alguien, además, un punto sensual con implicaciones de cariño y cercanía que pueden generar mucha ternura
Ojos: Por nuestros ojos pasan miles de nervios, por lo que las caricias deben ser muy, muy, delicadas. Besarlos con suavidad o acariciarlos con nuestras pestañas también es una muestra de afecto muy tierna.