Relato erótico: «Ménage à trois»

Almudena Rojas acaba de romper con su novio y ha quedado con una amiga para que la consuele. Camina por las calles de Madrid con paso lento, pensamientos vagos y ojos entristecidos…
―Tía llegué a casa y me lo vi enculando a la cajera del supermercado. Los dos gimiendo como locos ―le dice.
―Almudena, ya sabes que casi todos los hombres son infieles ―insinúa su amiga Yoli.
―¡Menuda mierda!
―Tranquila, ahora puedes recuperar el tiempo perdido ―sugiere Yoli, guiñándole un ojo.
―¿Cómo?
―Haciéndote usuaria de la red erótica Sexo Triple X.
Almudena patalea como una niña pequeña. Minutos después, se replantea la propuesta. Sus ojos se llenan de un brillo incandescente.
―¡Yoli, Hazme socia de esa red! Como bien has dicho, voy a recuperar el tiempo perdido. ¡Y bien que lo voy hacer!
Yoli coge el portátil e introduce los datos de Almudena con el alias Pasión25.
En unos instantes, aparece un mensaje: “Bienvenida, Pasión25. Mañana a las 19:30h te esperamos en el hotel Urban 5* GL, Carrera de San Jerónimo 34. Pregunta por la suite de Rey Nibelungo. Deberás acudir con un chaquetón de piel y ropa interior. Yoli le comenta que el primer encuentro siempre es un trío calentito, hecho que le produce un inusitado placer de camino a la cita.
La reciben dos portentosos rubios ―desnudos― sentados en una cheslón.
―Hola Pasión25. Nos agrada tenerte entre nosotros ―dice uno.
Almudena/Pasión25 piensa que el placer es suyo; ¡los chorbos están buenísimos! Pero pone cara de ingenua.
―¿Rey?… ―pregunta ella.
―¡Acertaste! Él, es Rey y yo Nibelungo ―contesta el compañero.
Sobran las palabras…
Rey se levanta y le quita el abrigo, despacio, acariciando su piel. Pasión25 se queda con un bustier de encaje negro y un tanga ―exiguo― a juego. El chico le da una palmada en el trasero; una pequeña vibración magnética lo balancea ―ligeramente―. El tatuaje de una preciosa enredadera azabache, que asciende desde el tobillo izquierdo hasta sus nalgas, realza la blancura de su piel. Lleva la melena suelta, brillante como las japonesas. Es una mujer joven y hermosa. Sus amantes, perfectos adonis, están embelesados con su fino talle, sus pechos redondos y sus bellas posaderas.
Rey olisquea su perfume, moja sus dedos con saliva y, directo, acaricia su vulva. Ella aprieta su mano y lo mira con lujuria.
―Me gustan las sensaciones fuertes ―le sugiere arqueando una ceja.
―Como gustes… nosotros somos tus juguetes. Tú decides ―contesta ese rubio de ojos claros y metro noventa que agasaja sus órganos genitales con verdadera devoción.
Dicho y hecho, bucea entre sus labios externos y masajea su clítoris. Pasión25 está llegando al Nirvana. Mira al techo con los ojos en blanco e introduce los dedos del amante en su vagina. Ella marca el ritmo. Primero, dulce. Por último, frenético. Tiene su primer orgasmo, pero necesita más, mucho más…
Coge su enérgico pene y lo masajea hasta dejarlo completamente rígido como una barra candente de titanio. Lo acerca a su vulva y lo introduce en su vagina, despacio.
Rey adelanta su pelvis con un movimiento rítmico que eclosiona en un salvaje vaivén. Nibelungo observa: es un voyeur VIP masturbándose. En ese momento, Pasión25 lo reclama…
―Ven, te necesito… ―sugiere, insaciable, exigiendo su presencia con la mano.
Nibelungo se acerca por detrás. Mientras, Rey sigue follándola con una violenta oscilación. Nibelungo besa su nunca y fricciona su miembro en los bellos glúteos de Pasión25: están prietos como una condenada estatua, pero él los acaricia, los relaja… deja resbalar sus labios por la espalda y lame sus preciadas nalgas hasta dejarlas como dos masas de pan blando. Entonces, la penetra anal y lentamente, con el ritmo de un taladro subyugado a sus necesidades. Saborea cada milímetro de su inmaculado y jugoso interior.
Rey y Nibelungo son una pareja perfecta de hombres entrenados para dar placer a las mujeres antes de eyacular.
Pasión25, no quiere que ninguno la suelte. Aprisiona a Rey con sus brazos. Gira la cabeza para besar a Nibelungo con fervorosa lujuria; sus lenguas se encuentran en la profundidad cálida y húmeda. Es su primer ménage à trois. También su primer coito anal: nunca le había apetecido. Ahora, ha descubierto que es un suculento majar que rebasa sus instintos más primarios., una cavidad inmaculada rematada por nervios que convulsionan su organismo.
Rey eyacula en las caderas de Pasión25 porque ella así lo ha querido. Sin embargo, no deja la escena. Sigue mimando sus pechos y sus oscuros pezones con su líquido seminal. Nibelungo continúa su frenético baile. Ella sonríe, endiablada. Los tres succionando los fluidos corporales de sus compañeros. Manos que acarician, bocas que besan, lenguas que beben el rocío afrodisiaco y prohibido.
Pasión25 se siente como un delicioso sándwich de nata. Sabe que repetirá.
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