Relato erótico: «Algo dulce»

– ¡Javi! ¿Planes para hoy? Me levanté antojosa. ¿Nos vemos y merendamos algo dulce?
– Mmm… ¿Con Nutella por ejemplo?
– ¡Me has leído el pensamiento! Con tortitas sería fantástico.
– Sí, sí, con tortitas…
– ¿Qué pasa?
– Jaja, nada…
Las siguientes líneas de WhatsApp estarían dedicadas a concretar el encuentro. María suponía que quedarían en algún lugar por el centro, donde podían encontrar alguna cafetería para saciar sus antojos. Sin embargo, parece ser que Javi tenía planes mejores y la citó en su casa.
Y allí estaba ella, caminando feliz de camino al piso con su vestido largo de flores y agitando con vehemencia el abanico. Se había echado el perfume favorito de Javi. En más de una ocasión éste le había dicho que, con él, estaba para comérsela. Cosas de la vida, esa frase aquella tarde tendría más sentido que nunca.
Los labios calientes de Javi estaban esperándola detrás de la puerta. Tenían un sabor diferente, como…a chocolate. Le pidió que cerrara los ojos y que no los abriera hasta que él le dijera. Cuando pudo abrirlos, se topó con una oscura habitación, solo alumbrada por la tenue luz de una decena de velas. Se fijó en su mesilla y en el bote que habría sobre ella. Él metió el dedo en él y, posteriormente, lo llevó a la boca de María. Lo saboreó un poco y, de súbito, se encontró con la lengua de Javi, con ganas de compartir esa deliciosa crema de sus labios.
Le bajó los tirantes del vestido y este se escurrió poco a poco hasta caer al suelo. Javi se inclinó para chuparle las tetas, no sin antes untarlas con Nutella. Su textura suave hizo que a María se le endurecieran los pezones mientras Javi la extendía por ellos. Su lengua los lamió hasta que quedaron limpios de nuevo y, mientras tanto, este buscó su sexo, que estaba ya mojado.
Se tumbaron en la cama, devorándose las bocas y deshaciéndose de toda la ropa. María situó su coño estratégicamente sobre los labios de aquel y se agarró al cabecero de la cama. La chica gemía mientras Javi jugueteaba con sus cavidades más íntimas. Casi le faltaban manos para sobarle su culo y sus pechos, que se agitaban frenéticos.
Cambiaron y esta se acercó a su miembro, no sin antes repartir en él un poco de ese manjar afrodisíaco. Tenía la polla durísima contemplando cómo ella la untaba despacio, manoseándola y deslizando sus dedos sobre ella. Entonces, se abalanzó hasta que desapareció en su boca casi totalmente. Sus comisuras estaban un poco manchadas de Nutella, pero ella lamía y relamía dispuesta a no dejar nada. Javi contemplaba la escena con la máxima excitación mientras sentía la lengua traviesa de María recorrer desde la punta hasta sus testículos.
Instantes después, esta se sentó sobre Javi de nuevo. Adecuaron los cuerpos y empezó a moverse lento. A Javi le encantaba aquello que hacía María de apretarle el pene con su vagina. Se sintió en el cielo por segunda vez y sabía que no podría retrasar mucho su orgasmo. Juntó todo lo que pudo las piernas mientras acariciaba y chupaba los pechos de María. Esta, al contrario, las abrió más y siguió agitándose sobre él con un ritmo perfecto. Entonces, él agarró su trasero y se preparó para alcanzar el clímax, al mismo tiempo que ella, en una habitación dominada por el olor a dulce y a deseo.