Posturas prohibidas en la Edad Media

El poder de la Iglesia durante la Edad Media sobrepasaba con mucho la influencia que puede tener en la actualidad, hasta tal punto que intentaba regir la vida sexual de las personas dictando cuáles eran las posturas sexuales aceptables y las que no. Incluso, allá por el siglo XII, se escribió un libro llamado ‘El arte del amor cortesano’, con 31 reglas que para los ingleses de clase alta supieran cómo comportarse en la cama.
Las posturas sexuales prohibidas por la iglesia
El sexo anal u oral estaba prohibido y se consideraba pecado, ya que estas prácticas estaban destinadas exclusivamente al placer, sin tener en cuenta la procreación. Para muchos puristas, incluso hoy en día, la concepción es la única justificación de las relaciones sexuales.
Albertus Magnus, sacerdote y teólogo alemán del S.XII, creó una lista de posturas para practicar sexo, de la más a la menos aceptada por la iglesia, siendo el sexo anal tratado como una total aberración.
· El hombre sobre la mujer: Misionero
· De lado: El molde
· Sentados: La silla
· De pie: Aventureros
· Por detrás: Sexo anal
En realidad, todo lo que no fuera la posición de misionero se consideraba como algo desviado y amoral. Cualquier postura en la que la mujer estuviese encima del hombre, por ejemplo, se consideraba un pecado grave, así como la postura del “perrito”. Para Magnus, sólo en excepciones como el caso de que el hombre estuviese con alguna dolencia o no se pudiese mover, se permitir ese tipo de posturas.
Castigos severos para los transgresores
Debido a que estas posturas no cumplían las “funciones naturales hombre-mujer” impuestas por los dogmas cristianos, existían castigos bastante duros para aquellos que fueran sorprendidos en actos impuros: tres años de penitencia para la mujer si hacía el amor encontrándose ella sobre el hombre, pena para el sexo oral y también si el hombre lo hacía detrás de la mujer.
Ya en esa época, tanto teólogos como sectores progresistas de la Iglesia, cuestionaban estos dogmas tan férreos que, por suerte para nosotros, quedaron como anécdota.
¿Cuál sería la manera de pillar a los transgresores?
¿Y quién sería el encargado de vigilar que las normas se cumplieran…?